miércoles, 17 de febrero de 2016

Un pequeño relato....

A sus pies Señora:

Ya sabes de mi pequeña pasión que es la escritura, así que si me lo permiten, quiero dejar escrito un pequeño relato, que por desgracia es fantasía y que se me ocurren en alguna de esas noches en las que uno no puede dormir....


EL DESEO


Eran casi las 18,00 de la tarde, hace tiempo que había aparcado y me encontraba deambulando por las céntricas calles, esperando que fuese la hora. Tenía un papel en mis manos con la dirección, se encontraba muy arrugado por tantas vueltas que le había dado, y aunque me lo sabía de memoria la dirección, no dejaba de mirarlo cada pocos segundos.

Había pasado varias veces por el portal de la casa, pero mis nervios no me dejaron entrar hasta la hora convenida.

18:00 horas, me acerco al telefonillo, 3ºB y con nerviosismo aprieto el botón. El estómago se me encoge, mezcla de dudas, nervios, ilusión....

Nadie responde... el silencio me intranquiliza... vuelvo a mirar el papel y en ese momento oigo como la puerta es abierta.

Sigo las instrucciones, subiendo las escaleras lentamente hasta el tercer piso.

La puerta está entre abierta y una nota sobre el felpudo...

Leo la nota y mi nerviosismo aumenta, estoy a punto de poder servir a la Señora con la que tanto tiempo llevo hablando, escribiéndonos y parece que por fin va a hacerse realidad el estar a sus pies.

Ahora tengo que concentrarme en lo que pone la nota y las órdenes que me había dado los días anteriores.

Entro en la casa y cierro la puerta, hay una penumbra, pero ni rastro de la Señora.

Me quito en la entrada la ropa que llevo puesta, dejándola sobre una silla,tal como me había indicado. Me quedo con tan sólo una braguita negra de encaje y recojo del suelo el collar de perro que me encuentro para colocármelo en el cuello y así es como voy a cuatro patas a la primera habitación a la derecha, quedando en el suelo con la mirada baja.




Pasan los minutos y lo único que veo es el suelo de parquet de la habitación, y noto mi excitación en la braguita que llevo desde el punto de la mañana.

Oigo unos tacones que se van aproximando, se abre la puerta y entonces noto la presencia de Ella, apenas puedo ver sus zapatos negros, relucientes y brillantes.




Oigo por primera vez su voz cerca de la mía "buen perrito. Has sido puntual y obediente y por eso te mereces un pequeño premio".

Noto como su mano recorre toda mi espalda hasta llegar al cabello y me acaricia, ala vez que su otra mano se acerca a mi boca y me da una pequeña galleta que yo aprovecho para comer. He notado su piel, he saboreado fugazmente su mano y eso me excita...

Me ata una correa al collar y me saca de la habitación. Es cuando por fin puedo mirarla de reojo, desde abajo y la excitación sigue en aumento. Es como Ella me había dicho. Una Señora de unos 45 años, morena con el pelo rizado y como Ella misma dijo con un buen tipo pero con sus kilitos de más. A mi me parecía preciosa con sus tacones y su conjunto de lencería.

Me llevó al baño, se sentó en la taza del wc y me puso de rodillas entre sus piernas y me sujeto la cara con las manos. La tenía a escasos centímetros, por fin la podía mirar y cada vez me parecía más atractiva, me sentía atraído por su poder, su palabra, su mirada, su autoridad.

Sin tiempo para reaccionar y sin decir nada.... Escupió sobre mi cara, impactando en mi nariz. Su rostro cambió y añadió... "esto es lo que debes aprender, adelantarte a mis deseos.... tenías que haber abierto la boca".

Mientras con su zapato tocó mi pene en gran estado de excitación. me dio un cachete y entendí rápidamente... abrí la boca y así la Señora pudo acertar escupiendo dentro de mi. "Muy bien perrito, aprendes rápido".

Se levantó de la taza y tiró al suelo una nota y desapareció cerrando la puerta del baño.

Leí la nota y raudo y veloz realicé las tareas encomendadas.

Tenía 25 minutos de reloj para dejar el baño limpio y reluciente. Abrí el armario y ahí tenía todo lo necesario, guantes, productos de limpieza, etc....

Me esmeré con mucha dedicación para satisfacerla, ya que estaba muy contento de haberla podido conocer y en nuestro primer encuentro no quería defraudarla ni fracasar.

Después de frotar y frotar, salí del baño para seguir con las tareas encomendadas y tenía en la puerta una docena de zapatos sucios que intenté dejar relucientes y limpios como se me había ordenado.

Más tarde pasé al dormitorio y recogí la ropa que había en la cama, era un trabajo fácil, unas cuantas camisetas, algún pantalón y unas cuantas braguitas que me encantó oler, tocar y doblar con mucho cuidado.

Una vez todo terminado, sólo me quedaba hacer una cosa más. Ir a la cocina y prepararle una copa de vino y llevársela hasta el salón dónde me estaría aguardando para darle un masajito en los piececitos.




La verdad es que al entrar al salón me gustó la imagen de Ella sentada en un sillón, como Dueña de todo su dominio.

Al entrar Ella se levantó, se acercó y cogió su copa de vino y me ofreció sus pies para no dejar de lamerlos y besarlos durante un montón de rato, pero que si les digo la verdad, a mi se me pasaron enseguida.

Ella se sentó, se descalzó los piececitos y entonces pude dedicarme con más deseo y pasión a cada dedito de sus hermosos pies, metiéndome uno a uno en la boquita y jugando con ellos... y por los pequeños suspiros que oía, creo que le estaba gustando el trabajo que hacía mi lenguita juguetona.

Yo sabía que el tiempo que habíamos pactado estaría a punto de acabarse, pero no quería dejar de lamer los piececitos, pero un golpe brusco me apartó de ellos, lanzándome hacia atrás.... Era una señal inequívoca de que se acaba el tiempo.

Pero Ella se levantó y cogió la correa y me llevó a su dormitorio, diciéndome... "ven, quiero enseñarte algo".

Fuimos a la habitación y del cajón sacó algo que me excitó bastante...




"Si te sigues portando así de bien, podrás usar el próximo día". Era un dildo que el sumiso lo sujeta en su boca para la Señora lo use a su antojo...

Mi excitación me delataba, a lo que Ella se dio cuenta y me dijo una frase:

"Has sido obediente y buen perrito, por lo que mereces un premio, pero sabes que el tiempo se nos acaba, que el primer día era un pequeño contacto para evaluarnos, pero te voy a permitir un premio que por lo que me has dicho sé que te gustará"

Me llevó al baño y me ordenó tumbarme en la bañera, mientras Ella se ponía de pie con los pies a los lados de mi cara.

"Muchas veces me has dicho que te excita la lluvia dorada y a mi me encanta jugar con Ella, por eso vas a tener un premio muy especial".

Mi excitación creció, pero sucedió lo que yo me esperaba.

"Se salió Ella de la bañera y me dijo, todavía no te has ganado el privilego de sentir mi néctar dorado calentito...." Sacó un par de botes y añadió "llevo 2 días guardando todo mi néctar dorado para que lo sientas, aunque te prometo que recién salido es mucho más sabroso"

Y esparció los botes con su orina sobre mi cuerpo, llenándome de su aroma y dejándome empapado.

"Espárcelo bien por tu cuerpo y no te muevas. En unos minutos daré un golpe a la puerta, podrás ducharte, recoger tu ropa y esperarás mi llamada perrito...."



Y así es como acaba este pequeño relato....

Me gustaría saber sus opiniones y si quieren seguir leyendo nuevos relatos....

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